lunes, 8 de octubre de 2018

Pitufas Gruñonas


08 / 10 /2018

El Gimnasio ya no es lo que era.

En otros tiempos la gente sonreía , participaba , gritaba en las clases...
En una palabra...DISFRUTABA.

Sigo lesionada , pero , me escapé de mi monotonía .
Era eso o volverme loca. Volví al gim , a una clase dirigida.

Estaba tan poseída por la fuerza que, me apeteció remontarme a los orígenes.
A esas clases en las que pegas gritos de alegría y que encajan con la coreografía,
por supuesto. Yo nunca hago nada fuera de lugar.

Era otro horario , otro monitor , otras caras .....
y pensé que encajaría. Pobre ilusa.
Dió exactamente igual. Volví a caer en la misma trampa.
Volvieron a aparecer los fantasmas del aburrimiento , el hastío y la mala leche.
Más bien las fantoches del mal café.

Al segundo grito , la pitufa gruñona de la primera fila dejó bien claro que
no quería que nada le desconcentrara.
Mucho guante , mucho top ....prácticamente besándole el culo al monitor ,
como si fuera la reina del mambo.
Y resulta que tenía menos estilo que una rana preparando cocktails.

Como si en una clase aeróbica super cañera hubiera que estar como en misa.
Está claro que incluso en misa cantaban más que en esa puñetera clase.

Al tercer grito , su mirada asesina , me encogió el corazón.

Y pensé en dejarlo por un segundo.
Pero , estoy harta de pedir perdón por ser quien soy , por disfrutar de las cosas ,
por participar...
Así que , me dije :

Y grité más que nunca , hasta sin ganas.
Sólo por fastidiar.

Por supuesto , en la próxima clase seré una tumba.
Me uniré a la asquerosa ola de aburrimiento que barre
este gimnasio sin remedio.

Es que no valgo para hacer la puñeta a la gente.
No voy al gimnasio para hacer que otros lo pasen mal.

Así que, muy a mi pesar , apagaremos el micrófono.

Eso sí , que me quiten lo bailao.
Es hasta pecaminoso reconocer lo bien que me sentó
fastidiarle la clase a la pitufa.

Por suerte , todavía me quedan guardados en alguna parte de mì,
episodios de rabia y orgullo en los que ,
antes me visto de conejo y sirvo de peluche a Winnie de Poo
que caer a los pies de una imbécil sin alma.
He dicho.

Kariontidas Samoronthe

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