viernes, 5 de abril de 2013

La tranquilidad

05/04/2013

Hace quince días que llegó la primavera.
Todavía parece invierno.
Está cayendo una granizada de vértigo y
este fin de semana se esperan importantes nevadas
y bajas temperaturas.

El mundo está patas arriba.
Los norcoreanos quieren lanzar pepinos
a todo el que se mueva.
Los rusos, congelados de frío y mirando a Chipre.
Los chipriotas, hasta las pelotas.
Los europeos sin mover un músculo,
por si toca soltar  pasta.
La economía mundial y
algunas cosas más
se van a pique
y nuestro querido Coco vaticina que
un asteroide caerá y arrasará el patio de su casa.
La rana Gustavo le está ayudando a
poner sus macetas a salvo.

Y un largo, etcétera.

Pero, hoy estoy tranquila.
Sí. El mundo al revés.
Llevo diez días con una gripe de caballo,
rodeada de enfermos como yo y
durmiendo cuando a mi tos permanente
le viene en gana.
El insomnio ha querido añadirse a la fiesta,
y me mantiene en vela hasta el primer trino
del primer pájaro cabrón despierto de la mañana.
Voy a regalarle al muy cantarín un reloj que
siempre marque las doce, hora de sábanas.
Mi voz parece sacada de una película de miedo y,
lo peor de todo…NO PUEDO GRITAR EN
LAS CLASES DE STEP ¡!!!
Cosa que me libera considerablemente de
mi estrés cotidiano.

Si esto no fuera suficiente,
y a pesar de haberme machacado en el gimnasio,
he debido de comer como una cerda sin saberlo
porque he engordado dos kilos.
¿ Me habré vuelto sonámbula ?
Ah, no, que no duermo.
¿Serán los trozos de pan, leche y azúcar nocturnos?
Tal vez.
¿Qué pasa?
Algo hay que hacer cuando, a las tres de la mañana,
los sudokus se convierten en cocodrilos que devoran
números y escupen sumas y restas de números primos.
Mejor eso que ver todo el serial del “coche fantástico”.

Pero sí, a pesar de todo, hoy estoy tranquila.
Ha dado la casualidad de que,
hoy he visto a gran parte de mi familia y,
sé que, al menos , esta noche tan fría y desoladora,
la pasarán en sus casas, calentitos.
¿Quién puede esperar tanto de un día cualquiera?

Voy buscando mi independencia, mi soledad,
perfeccionando mi carácter antisocial, pero,
creo que, hasta hoy,
no había visto cuan importante es mi familia.

Hoy, a pesar de todo, estoy tranquila.
Y eso, es de celebrar.
No todos los días el oso panda tiene cachorros, ¿no?
pues, no todos los días tu corazón se relaja
y las pulsaciones se sitúan por debajo de
las revoluciones de un motor de 500 caballos.

Celebrémoslo.
Creo que hoy me hubieran sentado bien un par de copitas de cava.
No más de dos que, sino,
el sudoku acabaría comiéndose al pajarillo mañanero y,
acabaríamos teniendo pegada al culo a la protectora de animales,
todo mi cariño hacia ellos, sea dicho de paso.

En mi casa no hay alcohol.
Qué pena.
Brindaré con leche…de la buena.

Hoy el enano del piso de abajo está algo rebelde.
Escucharé el suave gritar de su padre un rato y
estrujaré a mi león de peluche pensando que,
por muy mal que vaya todo a día de hoy,
esta noche, no tengo de qué quejarme.

Mi madre a todo esto, le habría dado
otra lectura muy diferente, mucho más triste y oscura,
llena de preocupación y de angustia.

Pero, como dice el refrán, o la frase hecha,
o el perro de tu abuela,
“Nada es verdad, nada es mentira,
todo depende del cristal con que se mira.”

Vamos a ver si hoy la suerte acompaña y
el tan ansiado sueño hace acto de presencia
en mi humilde morada.

Dulces sueños…para el que pueda.
Y para el que no…dulces lo que venga.

Kariontidas Samoronthe

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