01/02/2015
Han vuelto a echar la peli de Bridget Jones.
Es curioso,
no ha cambiado nada desde la otra vez que la vi.
Sigue siendo fiel reflejo de un estereotipo femenino dañino y malintencionado.
Pero he de reconocer que es una bonita historia de amor.
Esta vez me he quedado con otros dos detalles insignificantes.
El primero, que se define a sí misma "Spinster & Lunatic",
lo que viene a ser solterona y lunática.
Me gustan ambos términos. Me los quedo.
Lejos de ser un insulto, la cerdita Peggy y yo coincidimos
en que es una bonita definición de una mujer libre, qué puñeta.
Y por otro lado, la típica frase romanticona,
pero que, a todas nos gustaría escuchar alguna vez :
"me gustas tal como eres".
Sí , sí, hoy estoy pastelona, pero es que no siempre
puedo estar arrancando cabezas y repartiendo estopa...
que una no es de piedra.
Casualidades de la vida, otro blog que sigo ha escrito un
trocito de un relato de Vargas Llosa :
" A todas las mujeres hermosas "
Yo también os lo paso.
Todas las flores del desierto están cerca de la
luz.
Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que andan por
la calle con abrigos largos y minifaldas, las que huelen a limpio y sonríen
cuando las miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo. Las mujeres más
bellas esperan el autobús de mi barrio o se compran bolsos en tiendas de saldo.
Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.
Las
flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que te
acarician las manos cuando estás triste, que pierden las llaves al fondo del
abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran sólo con unos pocos,
las que se lavan el pelo y lo secan al viento.
Las bellezas reales son
las que toman cerveza y no miden cuántas patatas han comido, las que se sientan
en bancos del parque con bolsas de pipas, las que acarician con ternura a los
perros que se acercan a olerlas. Las preciosas damas de chándal de domingo. Las
que huelen a mora y a caramelos de regaliz.
Las mujeres hermosas no salen
en revistas, las ojean en el médico, y esperan al novio, ilusionadas, con
vestidos de fresas. Y se ríen libres de los chistes de la tele, y se tragan el
fútbol a cambio de un beso.
Las mujeres normales derrochan belleza, no
glamour, desgastan las sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y
arquean la espalda. Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose
a carcajadas, abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los grandes
grupos.
Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni
lápices. Las flores del desierto son las que están a tu lado. Las que te aman y
las que amamos. Sólo hay que saber mirar más allá del tipazo, de los ojazos, de
las piernas torneadas, de los pechos de vértigo. Efímeros adornos, vestigios del
tiempo, enemigos de la forma y enemigos del alma. Vértigo de divas y llanto de
princesas.
La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad...
Pues,
benditos sean los hombres y mujeres que así lo crean.
"Las mujeres normales son las auténticas bellezas"
Ahora solo falta que las mujeres normales
encuentren la belleza en sí mismas.
Que así sea.
Kariontidas Samoronthe
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